*Narra Guillermo*
Había llegado antes de tiempo, y lo peor es que me había visto allí, solo, tocándome ¡que vergüenza! Pero parecía no importarle, es más, me miraba como si eso le provocara.
Se avalanzó con delicadeza sobre mí y comenzó a tocarme, a besarme, realmente encontrarme así era lo mejor que me había podido pasar aquel día.
Fue bajando por mi cuerpo, besando cada espacio, se notaba que deseaba aquello tanto como yo.
Llegó a mi entrepierna y empezó a acariciarme de manera sutil, poco a poco mi respiración estaba más agitada, de hecho no podía evitar morderme el labio y soltar algún que otro leve gemido de placer.
Se sentía muy bien, empecé a sentir el verdadero placer, agarraba las sábanas y cerraba mis ojos con fuerza, no podía más.
Entonces Samuel me miró y me besó tras dedicarme un pequeño susurro que decía:
-"Te quiero"-
después volvió a bajar, pero esta vez hacercó su boca y empezó a lamer y besar mi entrepierna, se notaba que sabía como hacerlo, nunca había sentido nada igual
Continuara...
No hay comentarios:
Publicar un comentario