viernes, 20 de febrero de 2015

Capitulo 24

*Narra Samuel*


Volver varios días antes había sido una muy buena elección, tanto para mi pequeño como para mí.


Aunque nuestra relación había pasado por malos momentos algo dentro de mí me decía que nada jamás podría separarnos, y sabía que Guille pensaba lo mismo.


El estar tanto tiempo soltero esperando a mi principe y estar solo debido a que no encontraba ninguno había valido la pena, al fin lo tenía, y reconozco que me equivoqué ya que los principes azules sí que existen y mi pequeño era el mejor de todos.



Siempre saliamos juntos, paseabamos por la ciudad cogidos de la mano, compartimos la comida...éramos como la típica parejita cursi, pero eso sí, la pareja más perfecta.



Habíamos salido a cenar porque ya cumplíamos tres semanas juntos, e íbamos de vuelta a casa de Guille para irnos a dormir, estar tan enamorados cansaba bastante.



Me encantaba dormir con él, a su lado, cómo se abrazaba a mi cuerpo y apoyaba su cabeza sobre mi pecho era la mejor sensación, cuando Guille dormía era demasiado perfecto, a veces al despertar me quedaba embobado viendole tan tranquilo durmiendo a mi lado.



*Narra Guillermo*



Estábamos ya en casa y nos fuimos a dormir, éste era mi momento preferido del día ya que podía soñar a su lado.


Me abrazaba a él y apoyaba mi cabeza en su pecho, el sentir su respiración y los latidos de su corazón no tenía precio, daría todo por que momentos así no se terminaran nunca.


Por la mañana me desperté y miré a Samu con una sonrisa risueña, él parecía estar ya despierto de hace rato.


–Buenos días Peque –dijo mientras me dedicaba un tierno beso en la frente.


–Te quiero –respondí mientras sonreía.


Entonces él me devolvió una de sus perfectas sonrisas, y con aquello me bastaba porque aquella sonrisa valió más que cualquier "te quiero"


Continuara...



Capitulo 23

*Narra Guillermo*


Entonces Samuel comenzó a bajar su boca mientras me besaba todo el cuerpo y prosiguió cogiendo y lamiendo lo todo a mí me encantaba de hecho no quería que parase nunca.


Estaba claro que Samuel era el hombre de mi vida por cómo me hacía sentir por cómo me hacía gozar, todo en él era perfecto, estaba claro que la perfección existía o al menos para mí sí, jamás había conocido a un hombre tan maravilloso de hecho me aterraba pensar que jamás había sentido un sentimiento tan fuerte por nadie y que al más mínimo error podía perderlo.


Tenía miedo de encontrarme otro impedimento más en nuestra relación como tantos habían sucedido ya, no sé porque estaba pensando en esto de hecho supuestamente sólo debía dejarme llevar y sentir el placer que Samuel causaba en mí.


De vez en cuando se me escapa una sonrisilla debido a la felicidad que sentía sólo al pensar que cada mañana al girar mi cabeza y abrir los ojos encontraría a Samuel hacía que todas las tristezas desaparece de mi mente y mi vida parecía un cuento de hadas, de hecho, me atrevería a decir que los príncipes azules tal vez no existen, pero los morados está claro que sí.


Yo ya tenía el mío, y no iba a dejar que saliese de mi vida nunca jamás.


Ahora no solo teníamos sexo, era algo más, haciamos el amor.


Continuara...


Capitulo 22

*Narra Guillermo*


Había llegado antes de tiempo, y lo peor es que me había visto allí, solo, tocándome ¡que vergüenza! Pero parecía no importarle, es más, me miraba como si eso le provocara.


Se avalanzó con delicadeza sobre mí y comenzó a tocarme, a besarme, realmente encontrarme así era lo mejor que me había podido pasar aquel día.


Fue bajando por mi cuerpo, besando cada espacio, se notaba que deseaba aquello tanto como yo. 


Llegó a mi entrepierna y empezó a acariciarme de manera sutil, poco a poco mi respiración estaba más agitada, de hecho no podía evitar morderme el labio y soltar algún que otro leve gemido de placer.


Se sentía muy bien, empecé a sentir el verdadero placer, agarraba las sábanas y cerraba mis ojos con fuerza, no podía más.


Entonces Samuel me miró y me besó tras dedicarme un pequeño susurro que decía:

-"Te quiero"- 


después volvió a bajar, pero esta vez hacercó su boca y empezó a lamer y besar mi entrepierna, se notaba que sabía como hacerlo, nunca había sentido nada igual



Continuara...